lunes, 18 de abril de 2011

IWitness

La investigación ha dado un vuelco terrible. Me ha llamado una agente de la policía. Sus superiores le informaron que yo estaba a cargo del caso. Me explicó que se encontraron huellas por todos lados, huellas que no podían hacer coincidir con nada ni nadie, que había un reguero de sangre, que la víctima era mujer, y sobre todo... que habían encontrado los cabellos que no pertenecían a nadie. Estaba seguro, era mi Bestia. Estaba asustada, se notaba que era novata. Su voz se entrecortaba mientras intentaba explicarme lo sucedido. Estaba alterada. Le pedí que se calmara, que intentara contenerse. Era imposible, sus emociones estaban revueltas. Resolví ir hasta la estación de policía que tanto aborrecía. Le dije que me esperara e interrumpí la llamada. Me dirigí apresuradamente hacia la estación.
Cuando llegué me encontré con una mujer muy bella. Su cuerpo se dibujaba sensualmente bajo su uniforme y sus ojos verdes refulgían tras el velo de confusión y consternación que se cernía sobre su rostro. Me concentré en lo mío. Nos sentamos a hablar en una de las salas de interrogación vacías. Seguía alterada. Una novata, pensé, y me vertí totalmente a sacarle toda la información posible.

- Vos la encontraste... no? - no esperaba respuesta alguna, sus manos, empapadas en sudor, temblaban frenéticamente. Para mi sorpresa, habló... mucho.
- Sí, yo la encontré, - afirmó con voz trémula - Estaba patrullando la zona, a los novatos siempre nos toca esa zona donde no hay nadie. Supongo que los que están más arriba saben que es más fácil encontrar un cadáver ahí, o que los desquiciados prefieren la soledad del campo...

Desvariaba, era evidente que era su primera experiencia de este tipo. Mis expectativas sobre obtener información útil disminuían con cada palabra que escapaba de su boca. Su boca carnosa y barnizada de rojo brillante que contrastaba intensamente con el verde de... Basta. Debía enfocar mi atención en el caso. Además, todavía no había superado la muerte de Virginia, mi mujer. Mi atención volvió a la historia de la agente.

- ... siempre nos encajan esa zona de mierda a los nuevos. En fin, esa tarde estaba por ahí, - mi atención se reforzó al ver que volvía al relato de lo que me interesaba - y bajé del auto para estirar las piernas un poco, hacía varias horas que estaba conduciendo la patrulla sin parar y necesitaba un descanso. Yo sé que eso no está muy bien visto pero todos lo hacen y... - otra vez se dispersaba. Ya comenzaba a pensar que no era por el shock de la situación, si no que era un defecto de su naturaleza.
- Andá al punto, por favor.
- Perdón. Había bajado a estirar las piernas y ahí lo escuché, apenas un susurro, pero lo suficientemente fuerte para que lo percibiera en el silencio de la ruta desierta. Desenfundé el arma, como nos enseñan en la academia - sus constantes desvíos en la historia mellaban mi paciencia - y avancé con cuidado, con el corazón en la boca. Me metí unos metros en el campo al costado de la ruta siguiendo el susurro y cuando la vi... - su voz se entrecortó, al fin y al cabo no era más que una pobre agente recién entrada en la fuerza y ya tenía que lidiar con esto - La vi ahí tirada... en un charco de sangre que parecía más bien una pileta. Estaba embarrada y empringada con su propia sangre en todos lados. El pelo... el pelo era una masa confusa de un color oscuro que no era ni rojo ni negro... Tenía una rodilla, la derecha si mal no recuerdo, destrozada, hecha pedazos. De ahí provenía toda la sangre, lo cual me alivió al comprobar que no manaba de ningún punto vital. De todos modos, una herida de esa magnitud en la rodilla, sin la atención adec...
- Al punto... - debía mostrarme frío y lejano, debía mostrarme profesional, sin mezclar mis sentimientos como veces anteriores.
- Perdón. La mirada de esa pobre chica... estaba perdida, nublada, como si no estuviese ahí. Cuando me arrodille a su lado para ver si podía hacerla entrar en sí, noté que sostenía algo en la mano, algo negro. Al acercarme vi que era un pájaro, parecía un cuervo sólo que más pequeño, lo sostenía fuertemente, con los dedos entrelazados alrededor del ave que... - no supo si continuar.
- Adelante - espeté, realmente se me estaba agotando la paciencia, no podía perder el tiempo con pequeñeces cuando la recompensa podía ser una víctima aún viva.
- ... sus entrañas... las entrañas del pájaro se escurrían del pico y de varias heridas en el cuerpo, se escurrían entre los dedos de la muchacha... - pude comprender el shock de la agente, no importaba si eras un novato o si llevabas treinta años en la fuerza cuando presenciabas algo así - Y ella seguía susurrando. Acerqué el oído y lo que decía me revolvió el estómago. "Me quería picar los ojos... tuve que matarlo". Y siguió diciéndolo hasta que la internaron...

Finalmente! Finalmente conseguí desatar el nudo que me ceñía la garganta, aún estaba viva! Una víctima que había visto con sus ojos al asesino y todavía podía describirlo! Necesitaba hablar con ella inmediatamente.

- Dónde está!? Tengo que hablar con ella ahora mismo!
- Va a ser imposible, - dijo la agente pelirroja. Mi corazón dio un respingo, me imaginé lo peor. La víctima había muerto de camino al hospital, o en la sala de urgencias. Una vez más, el maldito hijo de puta volvía a ser una incógnita. La agente siguió hablando - al menos hasta que despierte.
- Que la despierten ahora mismo! - bramé.
- Está en coma... el shock del ataque fue demasiado para ella. - Y me miró con sus refulgentes ojos verdes detrás del velo de consternación. No podía creerlo. Estaba en coma. Aunque tuviera que esperar meses, todavía quedaba una leve esperanza de poder identificar al maldito animal. Estaba eufórico, necesitaba consultar los pasos a seguir con alguien. Jack. Salí a buscar a Jack.